Después de él vino Sama, hijo de Agee, el harareo. Cuando los filisteos se reunieron en Lehi, en un campo lleno de lentejas, el ejército israelita huyó de ellos,
Entonces Jacob le dio a Esaú un poco de pan, y un guisado de lentejas. Esaú comió y bebió hasta que se sació y se fue. Al hacer esto, Esaú demostró cuán poco le importaban sus derechos como hijo primogénito.