Volvieron y se lo contaron a Jehú, quien dijo: “Esto es lo que ha dicho el Señor por medio de su siervo Elías tisbita: ‘Los perros comerán la carne de Jezabel en la parcela de Jezrel.
Ocozías murió tal como el Señor había dicho por medio de Elías. Como no tenía hijos, Joram le sucedió como rey en el segundo año del reinado de Jehoram, hijo de Josafat, rey de Judá.
Restituyó la frontera de Israel a donde estaba, desde Lebó-Jamat hasta el Mar de la Arabá, como el Señor, el Dios de Israel, había dicho por medio de su siervo Jonás, hijo de Amitai, el profeta, que venía de Gat-Jefer.
Los perros se comerán a Jezabel, la mujer de Acab, en el solar de Jezrel, y nadie la enterrará’”. Entonces el joven profeta abrió la puerta y salió corriendo.