También aconteció que el rey arameo estaba en guerra con Israel. Después de consultar con sus oficiales, dijo: “Estableceré mi campamento en este lugar”.
Ben Adad, rey de Aram, convocó a todo su ejército. Junto con treinta y dos reyes y sus caballos y carros reunidos, marchó para sitiar Samaria, para luchar contra ella.
Mientras tanto, los oficiales del rey de Aram le dijeron: “Sus dioses son dioses de las montañas. Por eso pudieron derrotarnos. Pero si luchamos contra ellos en las tierras bajas, podremos vencerlos.
Ben-hadad le dijo: “Te devolveré las ciudades que mi padre tomó de tu padre, y podrás organizar tus propios lugares de comercio en Damasco, como hizo mi padre en Samaria”. “Al hacer este pacto te libero”, respondió Acab. Hizo un tratado con Ben Adad y lo dejó ir.
El rey de Aram ya había dado estas órdenes a sus comandantes de carros “Diríjanse directamente hacia el rey de Israel solo. No luchen con nadie más, sea quien sea”.