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Referencias Cruzadas

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2 Reyes 6:31

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“¡Que Dios me castigue muy severamente si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, queda hoy sobre sus hombros!”, declaró.

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18 Referencias Cruzadas  

Díganle a Amasa: ‘¿No eres tú también mi carne y mi sangre? Que Dios me castigue muy severamente si a partir de ahora no eres tú el comandante de mi ejército en lugar de Joab’”.

Entonces la gente se acercó a David y trataron de persuadirlo para que comiera algo durante el día. Pero David hizo un juramento, diciendo: “¡Que Dios me castigue severamente si como pan o cualquier otra cosa antes de la puesta del sol!”

¡Que Dios me castigue severamente si no ayudo a David a cumplir lo que el Señor le ha prometido!

Cuando Acab vio a Elías, le dijo: “¿Eres tú el que está causando problemas a Israel?”

Entonces Jezabel le envió un mensajero a Elías para decirle: “¡Que los dioses me hagan tanto y más si para mañana no he hecho que tu vida sea como la de los que mataste!”

Entonces el rey Salomón juró ante el Señor: “Que Dios me castigue, me castigue de verdad, si lo que Adonías ha pedido no le cuesta la vida.

Ben Adad le respondió: “¡Que los dioses me hagan tanto y más si queda suficiente polvo en Samaria para dar a mis súbditos un puñado a cada uno!”

“Sí, hay otro hombre que podría consultar al Señor”, respondió el rey de Israel, “pero no me gusta porque nunca profetiza nada bueno para mí, ¡siempre es malo! Se llama Micaías, hijo de Imá”. “No deberías hablar así”, dijo Josafat.

cuando Giezi, el siervo de Eliseo, el hombre de Dios, pensó para sí: “¡Mira cómo mi amo ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar los regalos que trajo! Vive el Señor, que correré tras él y le sacaré algo”.

Un rey enojado puede enviarte a la muerte. Si eres sabio, procurarás apaciguar su ira.

Los oficiales le dijeron al rey: “Este hombre merece morir porque está desmoralizando a los defensores que quedan en la ciudad, y también a todo el pueblo, al decirles esto. Este hombre no trata de ayudar a esta gente, sólo va a destruirla”.

“¿Acaso no se dan cuenta de que es mejor para ustedes que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación sea destruida?”

Donde tú mueras, moriré yo, y allí seré enterrada. Que el Señor me castigue duramente si dejo que algo que no sea la muerte nos separe”.

Saúl dijo: “¡Que Dios me castigue muy severamente si no mueres, Jonatán!”

¡Que Dios me castigue muy severamente si dejo vivo a uno solo de sus hombres para la mañana!”

“¿Qué te ha dicho?” preguntó Elí. “No me lo ocultes. Que Dios te castigue muy severamente si me ocultas algo de lo que te dijo”.




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