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Referencias Cruzadas

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2 Reyes 4:35

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Eliseo se levantó, caminó de un lado a otro de la habitación y luego volvió a la cama y se tendió sobre él de nuevo. El muchacho estornudó siete veces y luego abrió los ojos.

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13 Referencias Cruzadas  

Se tendió sobre el muchacho tres veces y clamó al Señor: “¡Señor Dios mío, por favor, haz que la vida de este muchacho vuelva a él!”

El Señor respondió al clamor de Elías. La vida del muchacho volvió a él, y vivió.

“Ve y mira hacia el mar”, le dijo a su siervo. El hombre fue y miró. “Allí no hay nada”, dijo. Siete veces le dijo Elías: “Ve y mira otra vez”.

En cierta ocasión, unos israelitas estaban enterrando a un hombre cuando de pronto vieron que se acercaban unos asaltantes, así que rápidamente arrojaron al hombre a la tumba de Eliseo. En cuanto tocó los huesos de Eliseo, el hombre volvió a la vida y se levantó.

Eliseo llamó a Giezi y le dijo: “Pide a la sunamita que venga”. Así lo hizo. Cuando llegó, Eliseo le dijo: “Aquí está tu hijo. Puedes recogerlo”.

Eliseo le envió un mensajero diciendo: “Ve y lávate siete veces en el Jordán. Entonces tu cuerpo se curará y quedarás limpio”.

Así que Naamán bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, como le había dicho el hombre de Dios. Su cuerpo quedó curado, su piel se volvió como la de un bebé, y quedó limpio.

Eliseo le dijo a la mujer cuyo hijo había resucitado: “Tú y tu familia tienen que prepararsu equipajee irse, y tendrán que vivir donde puedan, en otro lugar como extranjeros. Porque el Señor ha anunciado que vendrá una hambruna a la tierra y que durará siete años”.

Sucedió que justo en ese momento Giezi le estaba contando al rey la historia de cómo Eliseo había hecho revivir al niño muerto cuando su madre llegó para hacer su petición al rey de que le devolviera su casa y sus tierras. “Mi señor el rey”, dijo Giezi, “esta es la mujer, y este es su hijo, el que Eliseo hizo vivir nuevamente”.

Entonces ella volvió a vivir, y se levantó enseguida. Y Jesús les indicó que le dieran algo de comer.

Entonces Pedro les pidió que salieran de la habitación, y se arrodilló y oró. Entonces dio vuelta al cuerpo de Tabita y dijo: “Tabita, levántate”. Entonces ella abrió los ojos, y cuando vio a Pedro se sentó.




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