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Referencias Cruzadas
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2 Reyes 3:11

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Pero Josafat preguntó: “¿No hay aquí con nosotros un profeta del Señor? Consultemos al Señor por medio de él”. Uno de los oficiales del rey de Israel respondió: “Eliseo, hijo de Safat, está aquí. Era el ayudante de Elías”.

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27 Referencias Cruzadas  

Permítanme traerles agua para lavarse sus pies, y para que descansen junto al árbol.

Eliseo lo dejó, tomó su par de bueyes y los sacrificó. Utilizando la madera del yugo de los bueyes como combustible, cocinó la carne y se la dio al pueblo, y ellos la comieron. Luego se fue para seguir y servir a Elías.

Pero Josafat preguntó: “¿No hay aquí otro profeta del Señor al que podamos preguntar?”

Eliseo continuó hasta el monte Carmelo, y desde allí volvió a Samaria.

“¿Qué estamos haciendo?” , se quejó el rey de Israel. “¡El Señor nos ha traído aquí a tres reyes para entregarnos a los moabitas!”.

Josafat aceptó: “El Señor se comunica por medio de él”. Así que el rey de Israel, Josafat y el rey de Edom fueron a verlo.

Sin embargo, aún se aferró a los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, había hecho cometer a Israel; no los abandonó.

Saúl murió porque le fue infiel al Señor. No cumplió los mandatos del Señor, y además fue a consultar a una médium.

David consultó a Dios y le preguntó: “¿Debo ir a atacar a los filisteos? ¿Me harás victorioso sobre ellos?” . “Adelante”, le dijo el Señor, “yo te haré victorioso sobre ellos”.

David volvió a consultar a Dios. “No hagas un ataque frontal”, le dijo Dios. “En lugar de eso, ve por detrás de ellos y atácalos frente a los árboles de bálsamo.

Por no haber estado allí la primera vez para llevar el Arca, el Señor, nuestro Dios, estalló en violencia contra nosotros. No la tratamos de acuerdo con sus instrucciones”.

Pero Josafat preguntó: “¿No hay aquí otro profeta del Señor al que podamos preguntar?”

Ya no vemos ninguna de tus señales. No ha quedado ni un profeta, y ninguno entre nosotros sabe hasta cuándo durará esto.

Un tiempo después, el rey Sedequías lo mandó llamar en secreto y lo hizo llevar al palacio real, donde le preguntó: “¿Hay un mensaje del Señor para mí?” “Sí lo hay”, respondió Jeremías. “Vas a ser entregado al rey de Babilonia”.

Porque el Señor no hace nada sin revelar sus intenciones a sus siervos los profetas.

Pero ustedes ya saben cómo es él. Es como un niño trabajando para ayudar a su padre, y así ha trabajado conmigo para esparcir la buena noticia.

La viuda debe tener reputación de hacer el bien. ¿Crió a sus hijos apropiadamente? ¿Ha sido hospitalaria? ¿Ha lavado los pies de otros miembros de la iglesia? ¿Ha ayudado a aquellos que estaban en dificultad? ¿Ha procurado hacer el bien en todas las formas?

Tras la muerte de Moisés, el siervo del Señor, el Señor habló con Josué, el hijo de Nun, que había sido asistente de Moisés. Y le dijo:

Los israelitas probaron algunos de los alimentos. Sin embargo, no consultaron al Señor.

Los israelitas fueron a Betel y le preguntaron a Dios: “¿Quiénes de nosotros deben ser los primeros en ir a luchar contra los benjamitas?” “Judá debe ir primero”, respondió el Señor.

Los israelitas fueron y clamaron ante el Señor hasta el atardecer y preguntaron: “¿Debemos ir a atacar de nuevo a los benjamitas, nuestros parientes?” “Vayan y atáquenlos”, respondió el Señor.




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