El resto de lo que hizo Joacim, los repugnantes pecados que cometió y todas las pruebas contra él, están escritos en el Libro de los Reyes de Israel y Judá. Su hijo Joaquín tomó el relevo como rey.
El Señor dijo a Joaquín, hijo de Joacim, rey de Judá: Vivo yo, declara el Señor, que aunque fueras un anillo de sello en un dedo de mi mano derecha, te arrancaría.
Esto es lo que dice el Señor acerca de Joacim, rey de Judá: No tendrá a nadie que lo suceda como rey, sentado en el trono de David. Su cuerpo será arrojado para que repose en el calor del día y en el frío de la noche.