Senaquerib, rey de Asiria, atacó y conquistó todas las ciudades fortificadas de Judá en el año catorce del reinado de Ezequías.
¡La tragedia se acerca a los asirios, aunque la vara que usan representa mi cólera y el bastón que sostienen en sus manos representa mi furia!
Ve y dile a Ezequías: Esto es lo que dice el Señor, el Dios de tu antepasado David: He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas. Añadiré quince años a tu vida.
Por eso lloraré y me lamentaré, caminaré descalzo y desnudo, y aullaré como chacales y gemiré como búhos.
Su herida no puede curarse, y se ha extendido hasta Judá, tocando ya las puertas de Jerusalén.