Entonces Joásles dijo a los sacerdotes: “Reúnan todo el dinero que se trae como ofrendas sagradas al Templo del Señor, ya sea el dinero del censo, el dinero de los votos individuales y el dinero que se trae como donación voluntaria al Templo del Señor.
Los que se dedican y se hacen puros para entrar en los jardines sagrados, para adorar al ídolo colocado en el centro, y para comer cerdo y alimañas y ratas y otras cosas repugnantes: todos ellos morirán juntos, dice el Señor.
Me dijo: “Hijo de hombre, aquí es donde tengo mi trono. Es mi hogar donde viviré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a deshonrarme a mí y a mi santidad con sus actos de prostitución y honrando a sus reyes muertos en sus lugares altos paganos.
“Entonces sabrán que yo soy el Señor cuando los adoradores de ídolos yazcan muertos entre sus ídolos y en los altares en la cima de cada colina y montaña, y bajo cada árbol verde y gran roble. Estos eran los santuarios paganos donde ofrecían incienso aromático a todos sus ídolos.
Debes destruir completamente todos los santuarios paganos donde las naciones que expulsas adoraban a sus dioses: en la cima de las altas montañas, en las colinas y bajo todo árbol verde.