Pul, rey de Asiria, invadió el país. Menajem pagó a Pul mil talentos de plata para que apoyara a Menajem en la consolidación de su poder sobre el reino.
Sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, como los de sus antepasados también. No puso fin a los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, había hecho cometer a Israel.