Joás hizo lo que era correcto a los ojos del Señor durante los años en que el sacerdote Joyadá le aconsejó.
Joás llegó a ser rey en el séptimo año del reinado de Jehú, y reinó en Jerusalén durante cuarenta años. Su madre se llamaba Sibia de Beerseba.
Aun así, los altares paganos no se quitaron: el pueblo siguió sacrificando y presentando holocaustos en esos lugares.
Entonces el rey Joás convocó a Joyadá y a los demás sacerdotes y les preguntó: “¿Por qué no han reparado los daños del Templo? No usen más dinero que se les ha dado para ustedes, en cambio entréguenlo a otros para que reparen el Templo”.
Hizo lo que era correcto a los ojos del Señor, pero no de la misma manera que su antepasado David. Hizo todo como lo había hecho su padre Joás.
Joás hizo lo que era correcto a los ojos del Señor durante la vida del sacerdote Joiada.
E hizo lo que era correcto a los ojos del Señor, pero no con total compromiso.
Hizo lo que era correcto a los ojos del Señor, como lo había hecho su padre Amasías.