Luego pesaban el dinero y lo entregaban a los supervisores de la obra del Templo del Señor. Ellos pagaban a los que hacían la obra: los carpinteros, los constructores, los
Tiempo después, el rey Hiram de Tiro envió representantes a David, junto con madera de cedro, carpinteros y canteros, construyeron un palacio para David.
Cuando veían que había mucho dinero en la caja, el secretario del rey y el sumo sacerdote se acercaban, contaban el dinero que entraba en el Templo del Señor y lo ponían en bolsas.
albañiles y los canteros. También compraron la madera y los bloques de piedra cortada que se necesitaban para la reparación del Templo del Señor, y pagaron todos los demás gastos de la restauración del Templo.