Rodeen al rey con las armas desenfundadas, y cualquiera que se acerque a esta línea debe ser asesinado. Permanezcan cerca del rey dondequiera que vaya”.
Nadie debe entrar en el Templo del Señor, excepto los sacerdotes y los levitas que estén sirviendo. Ellos pueden entrar porque han sido santificados, pero todos los demás deben seguir los mandatos del Señor.