Pero en el séptimo mes, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de sangre real, vino con diez hombres. Atacaron y mataron a Guedalías, junto con los hombres de Judea y de Babilonia que estaban con él en Mizpa.
Cuando Ocozías, rey de Judá, vio lo sucedido, corrió por el camino hacia Bet-hagán. Pero Jehú lo persiguió, gritando: “¡Dispárenle también a él!”. Así que fusilaron a Ocozías en su carro en el camino hacia Gur, cerca de Ibleam. Logró escapar a Meguido, pero allí murió.
(Los partidarios de esa malvada mujer, Atalía, habían irrumpido en el Templo de Dios y habían robado los objetos sagrados del Templo del Señor y los habían utilizado para adorar a los baales).
En el séptimo mes del año, Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, miembro de la familia real y uno de los principales funcionarios del rey, vino con diez de sus hombres a ver a Gedalías en Mizpa. Mientras comían juntos,
Después que se fueron los sabios, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huyan a Egipto. Quédense allí hasta que yo se los diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
Cuando Herodes se dio cuenta que había sido engañado por los sabios, se enojó mucho. Entonces envió hombres para que matasen a todos los niños de Belén y de las regiones cercanas que tuvieran menos de dos años de edad. Esto se basaba en el marco de tiempo que escuchó de los sabios.
Fue a la casa de su padre en Ofra, y de una pedrada mató a sus setenta hermanastros, los hijos de Jerob-baal. Pero Jotam, el hijo menor de Jerob-baal, escapó escondiéndose.