Jehú envió el anuncio por todo Israel. Todos los seguidores de Baal acudieron; no faltó ni un solo hombre. Entraron en el templo de Baal, llenándolo de punta a punta.
Luego Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal. Jehú dijo a los seguidores de Baal: “Miren a su alrededor y asegúrense de que nadie que siga al Señor esté aquí con ustedes, sólo los adoradores de Baal”.