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Referencias Cruzadas
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2 Pedro 3:11

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Y como todo quedará destruido de esta manera, ¿qué clase de gente debemos ser? Debemos vivir de manera pura, consagrados a Dios,

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27 Referencias Cruzadas  

Los malos sacan sus espadas y tensan sus arcos para destruir a los pobres y necesitados, para matar a los que viven con rectitud.

Pero aquellos que dan ofrendas de agradecimiento me honran, y a aquellos que siguen el bien les mostraré mi salvación”.

Cuando la tierra tiemble, así como sus habitantes, yo la mantendré firme. Selah.

¡Lloren, puertas! ¡Llora, ciudad! ¡Fúndanse en la hazaña, todos los filisteos! Porque una nube de humo se acerca desde el norte: un ejército que no tiene soldados.

La tierra tiembla por completo, se desgarra y se sacude violentamente.

El sol, la luna y las estrellas del cielo se desvanecerán, y los cielos se enrollarán como un pergamino. Todas las estrellas caerán como hojas secas de una vid, como higos secos de una higuera.

Los discípulos estaban asombrados y decían: “¿Quién es este? ¿Incluso los vientos y las olas le obedecen?”

Ustedes deben hacer esto porque pueden darse cuenta de cuán urgente es este tiempo, que ha llegado la hora de que despierten de su sueño. Porque la salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando por primera vez creímos en Dios.

¡La noche casi termina, el día casi está aquí! Así que despojémonos de nuestras malas obras y vistámonos de la armadura de la luz.

Nos enorgullecemos en el hecho—y nuestra conciencia lo confirma—de que hemos actuado de manera apropiada con las personas, especialmente con ustedes. Hemos seguido los principios de Dios de santidad y sinceridad, no conforme a la sabiduría mundanal, sino por la gracia de Dios.

Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.

Pero nuestra patria es el cielo, y esperamos un salvador, al Señor Jesucristo, que también vendrá de ella.

La buena noticia que les llevamos no eran solo palabras, sino que estaba llena de poder también, pues el Espíritu Santo los convenció por completo. Del mismo modo, ustedes saben qué tipo de hombres somos, pues les demostramos que estábamos trabajando por el bien de ustedes.

No hay duda alguna sobre ello: la verdad revelada sobre Dios es asombrosa. Él se nos fue dado a conocer en forma humana, fue vindicado por el Espíritu, visto por ángeles, declarado a las naciones, creído por el mundo, y recibido en gloria.

No permitas que nadie te menosprecie por ser joven. Sé un ejemplo para aquellos que creen en Dios, en tu manera de hablar, en tu estilo de vida, en amor, en fe y en pureza.

Pero tú, como hombre de Dios, debes alejarte de tales cosas. Debes procurar hacer lo recto, practicar la verdadera religión, y confiar en Dios. Que tu objetivo sea amar, ser paciente y manso.

Aquellos que enseñan creencias distintas, y no escuchan el buen consejo, especialmente las palabras de nuestro Señor Jesucristo y las verdaderas enseñanzas de Dios,

¡Pero conocer y seguir a Dios es tan satisfactorio!

No amen el dinero. Estén contentos con lo que tienen. Dios mismo dijo: “Nunca te defraudaré; nunca te abandonaré”.

Ahí se ven a sí mismos, pero luego se van, y de inmediato olvidan cómo se veían.

¿Quién entre ustedes tiene sabiduría y entendimiento? Pues permita que su buen vivir demuestre lo que hace, actuando rectamente, con sabia bondad y consideración.

Ahora necesitan ser santos en todo lo que hagan, así como Aquél que los llamó es santo.

Asegúrense de actuar apropiadamente cuando estén en compañía de quienes no son cristianos, para que incluso si los acusaran de hacer lo malo, ellos puedan ver sus buenas obras y glorifiquen a Dios cuando venga.

Por su poder divino hemos recibido todas las cosas necesarias para una vida cuyo centro es Dios. Esto sucede al conocerlo a él, quien nos llamó a sí mismo por su propia gloria y bondad. De este modo él nos ha entregado promesas maravillosas y preciosas.

al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, reverencia;

Sin embargo, el día del Señor vendrá, y será inesperadamente, como la venida de un ladrón. Los cielos explotarán con un rugido atronador, y los elementos se destruirán al ser consumidos. La tierra y todo lo que hay en ella se desvanecerá.

esperando con ilusión y deseo la venida del día del Señor. Ese día los cielos arderán en llamas, y los elementos se fundirán.




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