Este proverbio aplica justamente a ellos: “El perro ha vuelto a su propio vómito, y el cerdo recién bañado ha vuelto a arrastrarse en el barro”.
Los tontos repiten su estupidez, así como un perro vuelve a comer su vomito.
Si el moho vuelve y afecta de nuevo a la casa, incluso después de haber quitado las piedras y de haber raspado y vuelto a enlucir la casa,
Cuando Jesús hizo esta ilustración, los que le escuchaban no entendieron lo que él quiso decir.