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Referencias Cruzadas
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2 Pedro 1:21

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pues ninguna profecía tuvo su origen en las ideas humanas, sino que los profetas hablaron por Dios, siendo movidos por el Espíritu Santo.

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29 Referencias Cruzadas  

“El Espíritu del Señor habló a través de mí; mi lengua dio su mensaje.

El Señor ordenó a un hombre de Dios proveniente de Judá para que fuera a Betel. Llegó justo cuando Jeroboam estaba de pie junto al altar a punto de presentar un holocausto.

“¿Qué me estáshaciendo, hombre de Dios?” , le preguntó la mujer a Elías. “¿Has venido a recordarme mis pecados y a provocar la muerte de mi hijo?”

“Ahora estoy convencida de que eres un hombre de Dios, y de que lo que el Señor habla a través de ti es la verdad”, respondió la mujer.

Llamó a su marido y le dijo: “Por favor, envíame uno de los criados y un asno para que pueda ir corriendo a ver al hombre de Dios y volver”.

Ella fue a contarle al hombre de Dios lo que había sucedido, y él le dijo: “Ve y vende el aceite de oliva y paga tus deudas, y tú y tus hijos podrán vivir con lo que quede”.

Un día, ella le dijo a su marido: “Estoy segura de que este hombre que nos visita regularmente es un santo varón de Dios.

Así que el rey de Israel envió una advertencia al lugar que el hombre de Dios había indicado. Eliseo advirtió repetidamente al rey, para que estuviera alerta en esos lugares.

Por la mañana, cuando el siervo del hombre de Dios se levantó, salió y vio que un ejército con caballos y carros había rodeado la ciudad. “Señor mío, ¿qué vamos a hacer?” , le preguntó a Eliseo.

En cuanto a Moisés, el hombre de Dios, sus hijos estaban incluidos en la tribu de Leví.

Siguiendo las instrucciones de su padre David, asignó las divisiones de los sacerdotes para su servicio, y a los levitas en sus responsabilidades para ofrecer alabanzas, y para ayudar a los sacerdotes en sus tareas diarias. También asignó a los porteros por sus divisiones en cada puerta, tal como lo había instruido David, el hombre de Dios.

¿Hasta cuándo seguirá esto? ¿Hasta cuándo seguirán estos profetas profetizando estas mentiras que no son más que el producto de sus propias mentes engañadas?

un mensaje del Señor fue dado al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de Babilonia junto al río Quebar. Allí le llegó el poder del Señor).

Este es el mensaje que el Señor le dio a Miqueas de Moreset, en los tiempos en que Jotam, Ajaz y Ezequías fueron reyes de Judá. Esto es lo que él vio respecto a Samaria y Jerusalén.

Los videntes serán desgraciados, los adivinos serán avergonzados, y cubrirán su rostro porque ninguno recibirá respuesta de Dios.

Moisés dijo: “Así es como sabrán que el Señor me envió para llevar a cabo todo lo que he hecho, porque no fue nada que surgiera de mi pernsamiento.

Pues el mismo David dijo, inspirado por el Espíritu Santo: ‘El Señor dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies”’.

como lo prometió por sus santos profetas hace mucho tiempo.

“Mis hermanos y hermanas”, dijo, “Las Escrituras, habladas por el Espíritu Santo a través de David, tenían que cumplirse en cuanto a Judas, quien guio a los que arrestaron a Jesús.

Y no podían ponerse de acuerdo entre ellos, y se marcharon cuando Pablo les dijo esto: “El Espíritu Santo lo dijo bien a través del profeta Isaías, el profeta de sus antepasados,

Pero Dios cumplió lo que había prometido: que su Mesías iba a sufrir.

La siguiente es la bendición que Moisés, el hombre de Dios, les dio a los israelitas antes de morir.

Tal como nos dice el Espíritu Santo, por haber dicho:

Por eso el Espíritu Santo dice: “Si oyen lo que Dios les está diciendo hoy,

Con esto, el Espíritu Santo indicaba que el camino al verdadero Lugar Santísimo no se había revelado mientras aún existía el primer tabernáculo.

Los líderes de la tribu de Judá se acercaron a Josué en Gilgal, y Caleb, hijo de Jefone el cenecista, le dijo: “Recuerdas lo que el Señor le dijo a Moisés, el siervo de Dios, en Cades-barnea acerca de mí y de ti.

Trataton de descubrir cuándo y cómo esto sucedería, porque el Espíritu de Cristo dentro de ellos hablaba de manera clara sobre los sufrimientos de Cristo y la gloria que vendría.

Entonces caí postrado a sus pies para adorarlo. Y me dijo: “¡No lo hagas! Yo soy un siervo de Dios, como lo eres tú, y como los que aceptan el testimonio de Jesús. Adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu profético”.




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