Pero Salomón no hizo trabajar a ninguno de los israelitas como esclavos. En cambio, eran sus militares, sus oficiales y los comandantes de sus carros y jinetes.
Eran los descendientes restantes de los pueblos que los israelitas no habían destruido. Salomón los hizo trabajar como mano de obra forzada, como lo hacen hasta el día de hoy.