Delante del Arca, el rey Salomón y toda la congregación de Israel que se había reunido allí con él sacrificaron muchísimas ovejas y bueyes, ¡tan numerosos que no se podían contar!
Al día siguiente presentaron sacrificios y holocaustos al Señor: mil toros, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones y abundantes sacrificios para todo Israel.
Entonces los sacerdotes trajeron el Arca del Pacto del Señor y la colocaron en el santuario interior del Templo, el Lugar Santísimo, bajo las alas de los querubines.