Los asirios también gritaron esto en hebreo al pueblo de Jerusalén, de pie sobre la muralla, para atemorizarlo y aterrorizarlo a fin de que la ciudad se rindiera.
Entonces David les preguntó a los hombres que estaban a su lado: “¿Qué recibirá el hombre que mate a este filisteo y elimine esta vergüenza de Israel? ¿Quién se cree que es este Filisteo pagano para burlarse del Dios vivo de los ejércitos?” .