Se enfrentaron a él y le dijeron: “No es tu lugar quemar incienso al Señor. Sólo los sacerdotes, los descendientes de Aarón, que han sido apartados como santos, pueden quemar incienso. Sal del santuario, porque has pecado, y el Señor Dios no te bendecirá”.
“Por tanto, díganle al pueblo de Israel que esto es lo que dice el Señor Dios: ¿Se contaminarán como sus antepasados, convirtiéndose en prostitutas, actuando como ellos y siguiendo las mismas prácticas repugnantes?