Acaz tomó los objetos sagrados del Templo del Señor y los hizo pedazos. Encerró las puertas del Templo del Señor y levantó altares paganos en cada esquina de Jerusalén.
Comenzaron el trabajo de purificación el primer día del primer mes, y al octavo día del mes habían llegado al pórtico del Templo. Durante ocho días más trabajaron en la purificación del Templo, y terminaron el día dieciséis del primer mes.
Cerraron las puertas de la entrada del Templo y apagaron las lámparas. No quemaron incienso ni presentaron holocaustos en el santuario del Dios de Israel.
En el octavo año de su reinado, siendo aún joven, Josías comenzó a adorar públicamente al Dios de David, su antepasado, y en el duodécimo año de su reinado comenzó a limpiar Judá y Jerusalén, quitando los lugares altos, los postes de Asera, los ídolos tallados y las imágenes de metal.