Entonces Asa le dijo al pueblo de Judá: “Construyamos estas ciudades y rodeémoslas de murallas y torres y puertas enrejadas. La tierra sigue siendo nuestra, porque seguimos adorando al Señor, nuestro Dios. Lo adoramos, y él nos ha dado la paz de todos nuestros enemigos”. Así que comenzaron los proyectos de construcción, y los completaron con éxito.