Pero los altares paganos no fueron destruidos. El pueblo seguía sacrificando y presentando holocaustos en esos lugares. Reconstruyó la puerta superior del Templo del Señor.
Junto con los comandantes, los nobles, los gobernantes del pueblo y todo el pueblo, hizo bajar al rey en procesión desde el Templo del Señor por la puerta superior hasta el palacio real. Allí colocaron al rey en el trono real.
Después de esto, Manasés reconstruyó la muralla exterior de la Ciudad de David desde el oeste de Gihón, en el valle, hasta la Puerta del Pescado, y alrededor de la colina de Ofel, y la hizo mucho más alta. También asignó comandantes del ejército a todas las ciudades fortificadas de Judá.
Cuando los dirigentes de Judá se enteraron de lo sucedido, vinieron del palacio del rey al Templo del Señor y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva del Templo para juzgar el caso.