Hizo lo que era correcto a los ojos de Jehová, como lo había hecho su padre Uzías, y no entró en el Templo de Jehová como lo había hecho su padre. Pero el pueblo seguía actuando de forma corrupta.
Acaz tenía veinte años cuando se convirtió en rey, y reinó en Jerusalén durante dieciséis años. No hizo lo que era correcto a los ojos del Señor como lo había hecho su antepasado David.
¡Qué nación tan pecadora, un pueblo que lleva una carga de culpa, una generación malvada de hijos corruptos! Han abandonado al Señor y han despreciado al Santo de Israel. Se han convertido en extraños. Han retrocedido.