Entonces envió a Eliaquim, el administrador del palacio, a Sebná, el escriba, y a los principales sacerdotes, todos vestidos de saco, a ver al profeta Isaías, hijo de Amoz.
Lo que hizo Roboam, desde el principio hasta el final, está escrito en los registros del profeta Semaías y del vidente Iddo que tratan de las genealogías. Sin embargo, Roboam y Jeroboam siempre estuvieron en guerra entre sí.
Uzías murió y fue enterrado cerca de ellos en un cementerio de los reyes, porque la gente decía: “Era un leproso”. Su hijo Jotam tomó el relevo coamo rey.
El resto de lo que hizo Ezequías, incluidos sus actos de lealtad, están registrados en la visión del profeta Isaías, hijo de Amoz, en el Libro de los Reyes de Judá e Israel.
El resto de los hechos de Salomón, desde el principio hasta el final, están escritos en las Actas de Natán el Profeta, en la Profecía de Ahías el Silonita y en las Visiones de Iddo el Vidente acerca Jeroboam, hijo de Nabat.