El rey Uzías fue leproso hasta el día de su muerte. Vivió solo como leproso, sin poder entrar en el Templo del Señor, mientras su hijo Jotam se encargaba de los asuntos del rey y gobernaba el país.
Acontecióque había cuatro hombres con lepra a la entrada de la puerta de la ciudad. Y se decían unos a otros: “¿Qué ganaremos con quedarnos aquí sentados hasta morir?
Cuando el sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo miraron y vieron la lepra en su frente, lo sacaron corriendo. De hecho, él también tenía prisa por salir, porque el Señor lo había golpeado.
“El que se limpia debe lavar su ropa, afeitarse todo el pelo y lavarse con agua; entonces se limpiará ceremonialmente. Después de eso pueden entrar en el campamento, pero deben permanecer fuera de su tienda durante siete días.
Los israelitas siguieron estas instrucciones y expulsaron a esas personas del campamento. Hicieron lo que el Señor le había dicho a Moisés que debían hacer.