“Así que pienso construir un Templo para honrar al Señor, mi Dios, como el Señor le dijo a mi padre David. Le dijo: ‘Tu hijo, al que pondré en tu trono para que te suceda, construirá el Templo para honrarme’.
“Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo. He sucedido a mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, tal como el Señor había prometido. He construido el Templo para honrar al Señor, el Dios de Israel.
Él es quien construirá una casa para honrarme. Él será mi hijo, y yo seré su padre. Y me aseguraré de que el trono de su reino sobre Israel dure para siempre’.
Se podía importar un carro de Egipto por seiscientos siclos de plata, y un caballo por ciento cincuenta. De la misma manera los exportaban a todos los reyes hititas y a los reyes arameos.
Hiram continuó: “¡Alabado sea el Señor, el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra! Él ha dado al rey David un hijo sabio, con perspicacia y entendimiento, que va a construir un Templo para el Señor y un palacio real para él.
entonces el Señor su Dios elegirá un lugar donde vivir con ustedes. Allí es donde llevarán todo lo que les he ordenado hacer: sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y ofrendas voluntarias, y todos los regalos especiales que prometan darle al Señor.
Sino que debes ir al lugar que el Señor tu Dios elija entre el territorio de todas tus tribus para establecer un lugar donde viva contigo. Allí es donde debes ir.