Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió a los hombres de las familias de Judá y Benjamín - 180.000 guerreros elegidos - para ir a luchar contra Israel y devolver el reino a Roboam.
Por lo tanto no me quedaré con nada, excepto lo que mis hombres han comido, y la parte de los que me han acompañado, es decir, permite que Aner, Escol, y Mamré conserven su parte”.