Entnoces el rey ordenó a Benaía, hijo de Joyadá, que ejecutara a Simí, así que éste fue y mató a Simí. De esta manera, el dominio de Salomón sobre el reino quedó asegurado.
He estado contigo dondequiera que hayas ido. He derribado a todos tus enemigos delante de ti, y haré que tu reputación sea tan grande como la de las personas más famosas de la tierra.
Tienes muchos trabajadores, como canteros, albañiles, carpinteros y toda clase de artesanos del oro, la plata, el bronce y el hierro, sin límite. Así que ponte en marcha, y que el Señor te acompañe”.
El Señor hizo que Salomón fuera muy respetado en todo Israel, y le dio mayor majestad real que la que se le había dado a cualquier otro rey de Israel antes de él.
Desde entonces fue muy respetado por todas las naciones, y muchos trajeron a Jerusalén ofrendas para el Señor y regalos valiosos para Ezequías, rey de Judá.
“Yo estaré contigo”, respondió el Señor, “y esta será la señal de que soy yo quien te envía: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, adorarás a Dios en este mismo monte”.
El Señor le dijo a Josué: “Lo que hago hoy te confirmará como gran líder a la vista de todos los israelitas, para que se den cuenta de que así como estuve con Moisés, estaré contigo.