Saben cómo nos interesamos por cada uno de ustedes como un padre que cuida de sus propios hijos. Los animamos, los consolamos, y compartimos con ustedes nuestra experiencia
Queridos hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos a alguien que nos defiende ante el Padre, a Jesucristo, que es verdaderamente justo.