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Referencias Cruzadas
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2 Corintios 6:11

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Les he hablado con franqueza, mis amigos de Corinto, abriéndoles todo mi corazón.

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20 Referencias Cruzadas  

Tengo que hablar antes de estallar; abriré mis labios para responderle.

¡Me apresuro a cumplir tus mandamientos, porque han abierto mi mente!

¡Abre mis labios para que pueda alabarte!

Entonces verás y brillarás, tu corazón palpitará de alegría, porque te traerán las riquezas que cruzan el mar, las riquezas de las naciones.

La noche anterior, antes de que llegara el mensajero, el Señor me había tocado para que pudiera volver a hablar. Esto fue antes de que el hombre viniera a verme por la mañana. Ya no estaba mudo; podía volver a hablar.

Además, la riqueza no brinda seguridad. Los arrogantes nunca tienen paz. Sus bocas codiciosas están abiertas como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. Reúnen a las naciones como su fueran su propiedad, tragándose muchos pueblos.

Entonces Pablo partió de Atenas y se fue a Corinto,

Crispo, líder de la sinagoga, creía en el Señor y también toda su casa. Y muchas personas de Corinto que escucharon el mensaje se convirtieron en creyentes y fueron bautizados.

Gustosamente me gastaré y me desgastaré por ustedes. Si los amo mucho más, ¿acaso me amarán menos ustedes?

Lloré mucho cuando les escribí, en gran angustia y con un corazón cargado, no para entristecerlos, sino para que supieran cuánto los amo.

¡Oh, gálatas, cuán insensatos! ¿Quién los puso bajo hechizo? ¡La muerte de Jesucristo en una cruz les fue mostrada claramente para que pudieran ver!

Les ruego, mis amigos: sean como yo, porque yo me volví como ustedes. Ustedes nunca me trataron mal.

Oren por mí para decir las palabras adecuadas, y para poder explicar con toda confianza las verdades ocultas de la buena noticia.

Ustedes saben que todo el que hace lo bueno será recompensado por el Señor, sea siervo o libre.

Él es mi testigo en cuanto al gran afecto que tengo por cada uno de ustedes en el amor de Cristo Jesús.

Ustedes los filipenses recuerdan que al principio, cuando comenzamos a predicar la buena noticia, cuando partí de Macedonia, la iglesia de ustedes era la única que me brindaba ayuda económica.

“Yo vengo pronto, y traigo mi recompensa para dar a todos conforme a lo que hayan hecho.

Ana oró: “¡Estoy tan feliz en el Señor! ¡Él me ha dado poder! Ahora tengo mucho que decir en respuesta a los que me odian. ¡Celebro su salvación!




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