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Referencias Cruzadas
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2 Corintios 5:15

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Cristo murió por todos para que ya no vivieran para sí mismos, sino para él, quien murió y resucitó para ellos.

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41 Referencias Cruzadas  

Entonces Naamán dijo: “Si no lo haces, por favor, permíteme a mi, tu siervo, llevarme dos cargas de tierra, porque nunca más traeré un holocausto ni haré un sacrificio a ningún otro dios que no sea el Señor.

“Pero pasé por allí y te vi dando patadas, cubierto en tu propia sangre. Mientras yacías allí, cubierto de sangre, te dije: ‘¡Quiero que vivas!’ Allí mismo te dije: ‘¡Quiero que vivas!’

Pondré mi Espíritu en ustedes y volverán a vivir, y los llevaré de vuelta a su propio país. Entonces sabrás que yo, el Señor, he hablado, y lo cumpliré, declara el Señor”.

Entonces me dijo: “¡Anuncia al aliento! Profetiza, hijo de hombre, y dile al aliento que esto es lo que dice el Señor Dios: ¡Aliento, ven de los cuatro vientos, y sopla en estos cuerpos, para que vuelvan a la vida!”

¡Mira a los orgullosos! No viven con rectitud. Pero los que viven con rectitud lo hacen mediante su confianza en Dios.

Los he dispersado como semillas en medio de las naciones, y desde lugares lejanos se acordarán de mi. Traerán a sus hijos y regresarán juntos.

Él nos libera del temor y nos rescata de nuestros enemigos,

Les digo la verdad: aquellos que siguen lo que yo digo y creen en Aquél que me envió, tienen vida eterna. Ellos no serán condenados, sino que habrán pasado de la muerte a la vida.

Tal como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, de igual modo, todo aquel que se alimenta de mi vivirá por mí.

Así que yo los animo, mis hermanos y hermanas, por la compasión de Dios por ustedes, que dediquen sus cuerpos como una ofrenda viva que es santa y agradable a Dios. Esta es la manera lógica de adorar.

Jesús fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y fue levantado a la vida para justificarnos.

¡Por supuesto que no! Pues si estamos muertos al pecado, ¿cómo podríamos seguir viviendo en pecado?

Sabemos que nuestro antiguo ser fue crucificado con él para deshacernos del cuerpo muerto del pecado, a fin de que ya no pudiéramos ser más esclavos del pecado.

Sin embargo, si Cristo está en ustedes, aunque su cuerpo vaya a morir por causa del pecado, el Espíritu les da vida porque ahora ustedes están justificados delante de Dios.

La ley del Espíritu de vida en Jesucristo me ha libertado de la ley del pecado y muerte.

La mente humana y pecaminosa lleva a la muerte, pero cuando la mente es guiada por el Espíritu, trae vida y paz.

tal como yo mismo trato de agradar a todos en todo lo que hago. No pienso en lo que me beneficia, sino en lo que beneficia a otros, para que puedan ser salvos.

Por lo tanto valoro las debilidades, los insultos, los problemas, las persecuciones y las dificultades que sufro por causa de Cristo. ¡Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte!

También nos da la capacidad de ser ministros de un nuevo acuerdo, no basado en la letra de la ley, sino en el Espíritu. La letra de la ley mata, pero el Espíritu da vida.

De ahora en adelante ya no miramos a nadie desde el punto de vista humano. Aunque una vez vimos a Cristo de esta manera, ya no lo hacemos.

Si vivimos en el Espíritu debemos caminar también en el Espíritu.

Así que permítanme decirles esto—de hecho, insisto en ello en el Señor—que no deberían vivir más de manera frívola, como lo hacen los extranjeros.

Por eso se dice: “Levántense, ustedes los que duermen, levántense de entre los muertos, y Cristo brillará sobre ustedes”.

Ustedes fueron sepultados con él en el bautismo, y fueron levantados por medio de su fe en lo que Dios hizo al levantarlo de los muertos.

Así que si han sido traídos de regreso a la vida con Cristo, busquen las cosas que vienen de arriba, donde está Cristo, sentado a la diestra de Dios.

Todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, alabando a Dios el padre a través de él.

Todo lo que tengan que hacer, háganlo bien, como si lo hicieran para Dios y no para las personas,

Él es quien murió por nosotros para que, ya sea que vivamos o muramos, podamos vivir con él.

Pues él se entregó a sí mismo por nosotros, para podernos libertar de toda nuestra maldad, y para limpiarnos para él, como un pueblo que le pertenece, y que está dispuesto a hacer el bien.

para que aunque hayan sido juzgados correctamente según la justicia humana y pecaminosa, ellos puedan vivir en el espíritu según la justicia de Dios.

¿Cómo nos fue demostrado el amor de Dios? Dios envió a su único Hijo para que viviéramos por él.

Soy el que vive. Estuve muerto, pero mírame, ahora estoy vivo por siempre y para siempre, y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro.




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