Sin embargo, cada vez que Moisés entraba a hablar con el Señor, se quitaba el velo hasta que volvía a salir. Entonces les decía a los israelitas las instrucciones del Señor,
Nadie tendrá que enseñar a su vecino o a su hermano, diciéndole: “Debes conocer al Señor”. Porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande. Los perdonaré cuando hagan el mal, y me olvidaré de sus pecados.
si obedeces al Señor tu Dios guardando sus mandamientos y preceptos escritos en este libro de la Ley, y si vuelves a él con toda tu mente y con todo tu ser.