Incluso hoy, cada vez que se leen los libros de Moisés, un velo cubre sus mentes.
En este monte destruirá el velo que cubre a todas las naciones, la sábana que está sobre todos.
No obstante, sus corazones se endurecieron. Porque desde ese entonces hasta ahora, cuando se lee el antiguo pacto, permanece el mismo “velo”.
Pero cuando se convierten y aceptan al Señor, el velo se quita.