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Referencias Cruzadas
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2 Corintios 12:20

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Cuando voy de visita, me preocupo de no encontrarlos como quisiera, y de que ustedes no me vean como quisieran verme. Me temo que habrá discusiones, celos, enojo, calumnia, chisme, arrogancia, y desorden.

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34 Referencias Cruzadas  

Todos los que me odian andan murmurando sobre de mi condición, esperando que empeore.

Las personas rencillosas causan conflictos, y el chisme nace entre los amigos más cercanos.

Se llenaron de toda clase de perversiones: maldad, avaricia, odio, envidia, asesinatos, peleas, engaño, malicia, y chisme.

Son traidores y odian a Dios. Son arrogantes, orgullosos y jactanciosos. Idean nuevas formas de pecar. Se rebelan contra sus padres.

Pero los que solo piensan en sí mismos, rechazando la verdad y eligiendo deliberadamente hacer el mal, recibirán castigo con furia y hostilidad.

Porque de parte de Cloé, algunos me han dicho cosas de ustedes, mis hermanos y hermanas, me han dicho que hay discusiones entre ustedes.

porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz y calma. Y así es como deben hacerse las cosas en las iglesias del pueblo de Dios.

¡Y se sienten tan orgullosos de sí mismos! ¿Acaso no deberían haber llorado de tristeza ante esto y expulsar a este hombre?

Pongo a Dios como mi testigo que la razón por la que decidí no ir a Corinto fue para no causarles dolor.

Les ruego para que la próxima vez que esté con ustedes, no tenga que ser tan duro como pienso que tendré que ser, confrontando abiertamente a los que piensan que nosotros nos comportamos de forma mundana.

Cuando ustedes estén obedeciendo a Cristo por completo, entonces estaremos listos para castigar cualquier desobediencia.

Me temo que cuando vaya de visita, mi Dios me humillará en presencia de ustedes, y que estaré lamentándome por muchos que han pecado antes, y que aún no se han arrepentido de impureza, inmoralidad sexual, y los actos indecentes que cometieron.

Ya advertí a los que entre ustedes estaban en pecado cuando fui por segunda vez. Aunque no estoy allí, les advierto a ellos una vez más—y al resto de ustedes—que cuando los visite no dudaré en tomar medidas contra ellos,

Por eso decidí que evitaría otra visita triste con ustedes.

Pero si se atacan y se destruyen unos a otros, cuídense de no destruirse ustedes mismos por completo.

No nos volvamos jactanciosos, ni nos irritemos unos a otros, ni tengamos envidia unos de otros.

Amigos, no hablen mal unos de otros. Todo el que critica a un hermano creyente y lo condena, critica y condena la ley. Si ustedes condenan la ley, entonces no la están cumpliendo, porque están actuando como jueces.

Así que renuncien a las malas obras que hacen: la deshonestidad, la hipocresía, el hablar mal de los demás.

Se jactan de sí mismos con alardes sin sentido, incitan a los deseos sexuales pervertidos, y así atraen a la inmoralidad a los que apenas acaban de escapar de una vida de error.

Tales personas son gruñonas, que siempre están quejándose. Siguen sus propios deseos malos, y hablan con jactancia de sí mismos, y halagan a otros para lograr sus propios fines.




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