Obligué a Tito para que fuera a verlos, y envié a otro hermano con él. ¿Acaso Tito se aprovechó de ustedes? No, porque ambos tenemos el mismo espíritu y usamos los mismos métodos.
Además, desde el día en que el rey Artajerjes me nombró gobernador en la tierra de Judá, que fue desde su vigésimo año hasta su trigésimo segundo año, un total de doce años, ni yo ni mis hermanos comimos la comida que se asignaba al gobernador.
También es el padre de los judíos circuncidados, no solo porque estén circuncidados, sino porque siguen el ejemplo de la confianza en Dios que nuestro padre Abraham tuvo antes de ser circuncidado.
¡Por favor, abran un espacio para nosotros en sus corazones! No le hemos hecho mal a nadie, no hemos corrompido a nadie, ni nos hemos aprovechado de nadie.