Los que de nosotros son espiritualmente fuertes deben apoyar a los que son espiritualmente débiles. No debemos simplemente complacernos a nosotros mismos.
¿Acaso no tienen sus propias casas donde pueden comer y beber? ¿Menosprecian la casa de Dios, y humillan a los que son pobres? ¿Acaso podría decirles que están haciendo bien? ¡No tengo nada bueno que decirles por hacer esto!
De modo que cuando una parte del cuerpo sufre, todas las demás partes sufren con ella, y cuando una parte del cuerpo es bien tratada, entonces todas las demás partes del cuerpo están felices también.
Simplemente cuídense de no usar esta libertad que tienen para comer alimentos sacrificado a ídolos para ofender a los que tienen una actitud más débil.
Con los que son débiles, comparto en su debilidad para ganar a los débiles. ¡He terminado siendo “como todos” para todos a fin de que, usando todos los medios posibles, pueda ganar a algunos!
Cuando comprendí que no tenían una posición firme en cuanto a la verdad de la buena noticia, le dije a Pedro delante de todos: “Si eres judío pero vives como los extranjeros y no como judío, ¿por qué obligas a los extranjeros a vivir como judíos?
Conozco tus logros, tu trabajo arduo y tu perseverancia. Sé que no puedes tolerar a las personas malas, y cómo investigaste a los que decían ser apóstoles y no lo eran, y descubriste su fraude.
“Pero tengo algo contra ti: estás dejando que la mujer llamada Jezabel, que se llama a sí misma profetisa, enseñe a mis seguidores, conduciéndolos a la perdición de pecados sexuales, y a comer alimentos sacrificados a ídolos.