Me preocupa que, de algún modo, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, ustedes puedan ser descarriados en su forma de pensar sobre su compromiso sincero y puro con Cristo.
Pero si alguno, incluso nosotros mismos, o incluso si un ángel del cielo promoviera cualquier otro tipo de buena noticia que la que ya les hemos enseñado, que sea condenado.
No estamos peleando contra fuerzas humanas, sino contra poderes y gobernantes sobrenaturales, contra los señores de las tinieblas de este mundo, contra las fuerzas espirituales de maldad que están en los cielos.
Y el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo, fue lanzado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.