Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.
Así que mi mejor consejo es que las viudas que son más jóvenes se casen y tengan hijos y se ocupen del hogar. Así no habrá oportunidad para la crítica que proviene del Enemigo.
Toda mujer cristiana que tenga viudas en la familia debe ayudarlas, para que la iglesia no reciba la carga de tal responsabilidad y pueda ayudar a las viudas que realmente están en necesidad.