Y cuando ellos se le opusieron y lo maldijeron, sacudió su ropa y les dijo: “¡La sangre de ustedes está sobre sus propias cabezas! Soy libre de toda culpa, y desde ahora iré a los extranjeros”.
Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.
No permitas que nadie te menosprecie por ser joven. Sé un ejemplo para aquellos que creen en Dios, en tu manera de hablar, en tu estilo de vida, en amor, en fe y en pureza.
No descuides el don de la gracia de Dios que tienes y que te fue dado por inspiración profética cuando los ancianos de la iglesia impusieron sus manos sobre ti.
Luego escuché otra voz que venía desde el cielo, y clamaba: “Mi pueblo, salgan de en medio de ella, para que no participen de sus caminos pecaminosos, y para que no participen de sus plagas.