La razón por la que insisto en esto es para que podamos tener el amor que nace de un corazón puro, de una conciencia limpia y de la fe sincera en Dios.
No hay duda alguna sobre ello: la verdad revelada sobre Dios es asombrosa. Él se nos fue dado a conocer en forma humana, fue vindicado por el Espíritu, visto por ángeles, declarado a las naciones, creído por el mundo, y recibido en gloria.