Del mismo modo, los diáconos deben ser respetables y no hipócritas. No deben ser adictos a la bebida, y no deben tratar de enriquecerse de manera deshonesta.
No se puede confiar en nada de lo que ellos dicen, pues su deseo es destruir. Su garganta es como una tumba abierta, y sus lenguas están llenas de adulación.
“Tú y tu descendencia no deben beber vino ni ningún otro tipo de alcohol cuando entren al Tabernáculo de Reunión, de lo contrario morirán. Esta norma es para siempre y para todas las generaciones futuras.
Esta carta viene de parte de Pablo y de Timoteo, siervos de Jesucristo, para todo el pueblo de Dios en Cristo Jesús que vive en Filipo y a los líderes y sus asistentes.
Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.
Como líder de Dios, un anciano líder debe tener una buena reputación y no ser arrogante. No debe tener un mal carácter ni embriagarse; no debe ser violento ni tener avaricia por el dinero.
Del mismo modo, las mujeres de mayor edad deben comportarse de una manera que demuestre que tienen vidas dedicadas a Dios. No deben destruir la reputación de la gente con su hablar, y no deben ser adictas al vino.
Cuiden del rebaño que se les ha encomendado, no porque estén obligados a vigilarlos, sino con agrado, como Dios quiere que sea. Háganlo de buena gana, sin buscar beneficio de ello.