Me postraré ante tu santo Templo, estoy agradecido con tu santo nombre, por tu amor y fidelidad, y porque tus promesas son más grandes que lo que la gente espera.
El dios de este mundo ha cegado las mentes de los que no creen en Dios. Ellos no pueden ver la luz de la buena noticia de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.
Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
Por el contrario, cuando se dieron cuenta de que se me había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los extranjeros, del mismo modo que a Pedro se le había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los judíos,
Por el contrario, tenemos la aprobación de Dios para lo que decimos, pues él nos ha encomendado compartir la buena noticia. No nos disponemos a agradar a la gente, sino a Dios. Porque Él es el único que juzga nuestras intenciones.
Fui designado para compartir este mensaje y ser su mensajero, ser un maestro para los extranjeros sobre la fe en Dios y la verdad (no miento, digo la verdad).
pero que a su debido tiempo reveló por medio de su palabra, en el mensaje que se me encomendó predicar, siguiendo el mandato de Dios, nuestro Salvador.