“El Hijo del hombre morirá tal como fue profetizado acerca de él, pero ¡qué desgracia vendrá sobre el hombre que entregue al Hijo del hombre! ¡Habría sido mejor que nunca hubiera nacido!”
Cuando los extranjeros escucharon esto, se alegraron en gran manera, alabando la palabra del Señor, y todos los elegidos para la vida eterna creyeron en Dios.
¿Qué concluiremos, entonces? Que el pueblo de Israel no logró aquello por lo que estaba luchando. Solo los escogidos, mientras que el resto endureció su corazón.
Por esta razón se me mostró misericordia, pues ya que soy el peor pecador, Jesucristo pudo mostrar su paciencia infinita como ejemplo para aquellos que eligen creer en él y obtener vida eterna.
A pesar de todo esto, estoy dispuesto a continuar por la causa del pueblo de Dios para que puedan recibir la salvación de Cristo Jesús, que es su gloria eterna.
es “La piedra que hace tropezar y los hace caer”. La gente tropieza con este mensaje porque se niegan a aceptarlo, lo cual es completamente predecible en cuanto a ellos.
Esta carta viene de parte de Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, quien la envía a los que participan con nosotros de la preciosa fe en nuestro Dios y Salvador Jesucristo, el único que es verdaderamente justo y bueno.
Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará.
Pues algunos se han infiltrado entre ustedes. Ya antes se escribió acerca de ellos y fueron condenados, porque son personas malvadas que pervierten la gracia de Dios, convirtiéndola en una licencia para la inmoralidad, mientras que también niegan a nuestro Señor y maestro Jesucristo.