El muchacho no sospechaba nada; sólo Jonatán y David sabían lo que significaba.
¡Apúrate! ¡Hazlo rápido! ¡No esperes!” El muchacho recogió las flechas y se las llevó a su amo.
Jonatán le dio el arco y las flechas al muchacho y le dijo: “Llévatelas a la ciudad”.