Y le dijeron al rey David: “El Señor ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene a causa del Arca de Dios”. Así que David fue y mandó traer el Arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David. Entonces hubo gran celebración.
Salomón se dirigió con toda la asamblea al lugar alto de Gabaón, pues allí se encontraba la Tienda del Encuentro de Dios que Moisés, el siervo del Señor, había hecho en el desierto.