Entonces el rey Roboam envió a Hadoram, encargado de los trabajos forzados, pero los israelitas lo apedrearon hasta la muerte. El rey Roboam se subió rápidamente a su carro y corrió de regreso a Jerusalén.
Salomón tenía doce gobernadores de zona cuyas responsabilidades abarcaban todo Israel, proporcionando alimentos para el rey y su casa. Cada uno, a su vez, organizaba los suministros para un mes del año.
Este es el relato de los trabajos forzados que el rey Salomón impuso para construir el Templo del Señor, su propio palacio, las terrazas y la muralla de Jerusalén, así como Hazor, Meguido y Guézer.
Entonces el rey Roboam envió a Adoram, encargado de los trabajos forzados, pero los israelitas lo apedrearon hasta la muerte. El rey Roboam se subió rápidamente a su carro y corrió de regreso a Jerusalén.
Eran los descendientes restantes de los pueblos que los israelitas no habían destruido. Salomón los hizo trabajar como mano de obra forzada, como lo hacen hasta el día de hoy.