Salomón presentó como ofrendas de paz al Señor 22.000 bueyes y 120.000 ovejas. De este modo, el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron el Templo del Señor.
Salomón se dirigió con toda la asamblea al lugar alto de Gabaón, pues allí se encontraba la Tienda del Encuentro de Dios que Moisés, el siervo del Señor, había hecho en el desierto.
Ezequías, rey de Judá, dio mil toros y siete mil ovejas como ofrendas en nombre de la asamblea. Los funcionarios, a su vez, dieron mil toros y diez mil ovejas como ofrendas en nombre de la asamblea. Un gran número de sacerdotes se purificó.
Esto es lo que sucedió al principio del reinado del rey Sedequías de Judá, en el quinto mes de ese mismo año, el cuarto año. El profeta Ananías, hijo de Azzur, que era de Gabaón, me dijo en el Templo del Señor, delante de los sacerdotes y de todo el pueblo:
El pueblo de Jerusalén se asustó mucho por esto, porque Gabaón era una ciudad grande, tan grande como cualquier ciudad gobernada por el rey, aún más grande que Hai, y sus hombres eran fuertes luchadores.